prolapso

[:es]Hoy desde Pelvimax os queremos hablar de una patología preocupante y que para la mayoría de mujeres es desconocida a pesar de que afecta a multitud de ellas. Nos estamos refiriendo al prolapso. En concreto, en este post os queremos hablar de qué es un prolapso uterino y qué lo produce para intentar esclarecer muchas de las dudas que nos preguntáis respecto a este tema a través de la web.

El término prolapso pélvico hace referencia al descenso de un órgano de la cavidad pélvica hacia el exterior. Los órganos que descienden pueden ser: la vejiga, el útero, la vagina e incluso el recto.

El caso que nos concierne, el prolapso uterino o de matriz, consiste en el desplazamiento de la matriz (útero) hacia abajo, es decir, desde su posición normal en la cavidad pélvica ejerciendo presión sobre la vagina hacia el exterior. El útero desciende hacia esta zona e incluso puede llegar a salir por completo.

¿Qué produce el prolapso uterino?

Las causas del descenso de los órganos pélvicos son variadas. No existe una causa única que explique por qué se produce el prolapso uterino, es más, algunos de los síntomas de prolapso son similares a otro tipo de afecciones, por lo que su diagnóstico en multitud de ocasiones resulta complicado.

No obstante, y a pesar de ello, todos los prolapsos uterinos tienen en común una causa: el debilitamiento de los músculos, ligamentos y estructuras que sostienen el útero en la pelvis. Este debilitamiento es el que produce el descenso del útero y provoca el prolapso.

Las causas más comunes que producen un prolapso uterino serían:

Partos vaginales: existe una fuerte relación entre el debilitamiento de los músculos del suelo pélvico y el hecho de haber tenido uno o varios partos vaginales. Las mujeres que han tenido uno o más partos vaginales son más proclives a sufrir un prolapso uterino.

Partos instrumentales: en muchos casos, cuando en los partos vaginales es necesaria la utilización de fórceps, éstos también pueden dañar la musculatura vaginal y causar daños en las estructuras, produciendo que la vejiga, el útero o el recto pierdan su sujeción, descolgándose a corto o medio plazo.

Perdida de estrógenos relacionada con la menopausia: los cambios hormonales sufridos durante la menopausia y en concreto la perdida de estrógenos provoca el debilitamiento de la musculatura pélvica.

Embarazos múltiples o de niños de gran tamaño: el aumento desmesurado del tamaño del útero unido al exceso de peso del abdomen en estos tipos de embarazo son causantes del debilitamiento del suelo pélvico.

Obesidad: al igual que ocurre en el caso anterior, el sobrepeso en la zona abdominal puede provocar el descenso de los órganos pélvicos.

Estreñimiento crónico: al igual que en los partos vaginales, el pujo excesivamente prolongado produce la distensión de los músculos del suelo pélvico y por tanto, puede llegar a causar prolapso.

Ejercicio físico de alto impacto: los ejercicios físicos de alto impacto como crossfit, running,  padel etc. pueden incidir negativamente en el estado del suelo pélvico, y por tanto agravar el descenso de los órganos.

Enfermedades respiratorias crónicas: la tos crónica producida por enfermedades respiratorias puede suponer un aumento de la presión intraabdominal produciendo o agravando el prolapso uterino.

Entender qué es un prolapso uterino y qué lo produce es primordial para conseguir un diagnóstico lo antes posible.  Existen varios tipos de prolapso y sólo los más graven requieren intervención quirúrgica, por eso, es muy importante acudir a revisiones ginecológicas al menos una vez al año.

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